Hicimos un recorrido a caballo por las dunas hasta la playa.
Nos adentramos en el bosque y a la orilla de la marisma, desde la que pudimos observar una gran variedad de aves aves y más tarde visitamos la aldea del Rocío.
Terminamos la tarde en la playa de Matalascañas, donde algunos y algunas valientes desafiaron el frío y se bañaron.
Juegos nocturnos para terminar la jornada.
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